Al finalizar la década de los 50, gran parte de la clase media del país, maestros, obreros y especialmente gente de los barrios marginales así como del sector campesino, soportaban una aguda insolvencia económica, por efecto de la situación de crisis económica por la que atravesaba el país. Esta situación resultó propicia para que se incrementara la acción inescrupulosa de los usureros, que sin miramientos ni consideraciones de ninguna clase, prestaban dinero con intereses elevados hasta el 10% mensual en nuestro medio y el 20% mensual en poblaciones del oriente boliviano , amén de las garantías prendarias de joyas, hipoteca de inmuebles y otros, de las que muchas quedaban definitivamente con los despiadados usureros; igual cosa ocurría con los empleados públicos y maestros que trabajaban en regiones alejadas del país, que por demora en el pago de sus sueldos, los vendían por adelantado a los voraces usureros con grandes pérdidas.
A esta crítica situación del sector desposeído, se sumaba la conducta de la banca comercial que no daba acceso a estos grupos humanos por determinación de sus rígidas y limitantes políticas discriminatorias vigentes en aquel tiempo, cuanto por su característica organizativa de lucro, donde primero es el dinero y después la persona humana.
Fue en estas circunstancias de agobiante situación económica y moral, agravada por las desigualdades e injusticias del medio social, cuando surge la idea que necesita convertirse en realidad, la organización de una COOPERATIVA. Se empieza a conocer las bondades de su doctrina, que va concientizando y provocando el acercamiento espiritual de la gente de una misma realidad social. Este nuevo sistema económico – social, practicado ya con los resultados halagadores en Europa, Canadá, Estados Unidos de Norteamérica, México y Perú, fue despertando interés en Bolivia y en febrero de 1960, el Rvdo. David McLellan de la Orden Maryknoll, dicta una serie de charlas para los feligreses de la Parroquia de Santa Ana de Cala Cala; como corolario se organizó la primera Cooperativa de Ahorro y Crédito en Cochabamba – Bolivia, la Cooperativa Santa Ana de Cala Cala Ltda.
El R.P. José Beausoleil y el Rvdo. Gerardo Ziegengeist, también de la orden Maryknoll y el señor Roberto Carvajal, se constituyeron en los principales pioneros de las cooperativas de Ahorro y Crédito en Bolivia. El primero viajó invitado a Lima-Perú para adquirir conocimientos y experiencia en el movimiento cooperativo de aquel país. En Riberalta – Beni, surge la segunda cooperativa de Ahorro y Crédito del país: “Nuestra señora del Carmen Ltda.” y en el cantón El Paso, Provincia de Quillacollo-Cochabamba, se organiza la tercera Cooperativa de diciembre de 1960. Los resultados que se van logrando fueron altamente satisfactorios, pues la acción decidida de las Iglesias Católica y Evangélica, logró imponerse para vencer la desconfianza y apatía de la población frustrada por tantos desengaños a causa de frecuentes estafas de que fue objeto. Es así que rápidamente se fue irradiando el entusiasmo de organizar otras cooperativas zonales en torno a las Parroquias. 10 visionarios Cursillistas del Movimiento Familiar Cristiano que pertenecían al área de acción de La Parroquia de San Antonio concibieron la grandiosa idea de organizar la COOPERATIVA DE AHORRO Y CREDITO “SAN ANTONIO” LTDA., con el apoyo de toda la feligresía de LA PARROQUIA SAN ANTONIO en 1962.
Es así que nuestra querida Cooperativa nace, brindando de forma eficiente varios servicios a toda la población cochabambina, ofreciendo siempre las mejores condiciones de ahorro y crédito, bajo la dirección de exigentes profesionales a la cabeza. Hoy por hoy seguimos creciendo, con el objetivo de llegar a la mayor cantidad de zonas donde se encuentran nuestros socios.
Nuestra historia
